sábado, 15 de mayo de 2010

AMANECERES


Hoy cuando me incorporé del profundo sueño,
veía como las lágrimas del cielo besaban el cristal de mi habitación,
los besaba y después los acariciaba hasta que se desvanecían por la parte inferior.

Yo te veía a ti en cada lágrima,
viniendo corriendo a besarme, a acariciarme,
simplemente a sentirnos, sin que importase la tempestad del escenario,
ni la furia de las esponjas grises celestes,
solo tú y yo y nadie mas.

Sintiendo el calor de tu aliento al chocar con mis labios,
esperando escuchar una voz susurrando en mi oído,
con voz suave y apasionada diciendo

TE AMO

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